Cuando llegué a la Universa, sufría con dolores de cabeza constantes. Por cuenta de eso, mis estudios se vieron afectados, pues, no lograba concentrarme, los dolores eran insoportables.
Comencé a participar de las reuniones en la Universal y puse mi fe en práctica, determiné que sería libre de los dolores de cabeza y así fue.
Fui curada gracias a Dios, a través de mi fe.
Filipa