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Llegué al punto de recoger comida de la calle y de la basura...

Mi área económica estaba tan mal, que llegué al punto de recoger comida de la calle, de los basureros, me alimentaba de comida podrida, con mal olor, con bichos, cuando había para comer en mi hogar era apenas una sopa.

Victor: Antes de conocer la Universal mi vida era un desastre, desde pequeños con mis hermanos teníamos una enfermedad hereditaria que era de problemas a la vesícula, en este caso yo era el que más sufría con esos dolores, me daban dolores intensos en la madrugada, y cuando crecí seguía sufriendo con lo mismo, también tenía problemas a los huesos, pasaba postrado en mi cama todo el día creyendo que así el dolor cesaría un poco, pero al contrario, era peor, mi vida económica estaba completamente destruida, vivía en la miseria, había mucha escasez en mi hogar, pasábamos hambre con mi familia y mi esposa, eso hizo que comenzara a involucrarme en los vicios del alcohol y cigarro, en mi mente estaba que así podía olvidar mis problemas, me emborrachaba hasta olvidar todo. Mi área económica estaba tan mal, que llegué al punto de

recoger comida de la calle, de los basureros, me alimentaba de comida podrida, con mal olor, con bichos, cuando había para comer en mi hogar era apenas una sopa, y a veces no teníamos nada, ya que debíamos pagar las cuentas.


Yo estaba desempleado, no tenía ningún ingreso extra, en diversas oportunidades llegué a robar en los supermecados para comer en el día. Mi esposa vendía ropas, o cosas que sobraban del hogar, pero no ganaba practicamente nada. Hasta que llegó un día que un familiar mío se enteró de nuestra situación y nos invitó a participar en la Universal. El primer día que llegamos vimos el poder de Dios obrando en la vida de las personas, vimos gente siendo sanada, liberada y sus vidas siendo transformadas, y nosotros también queríamos que eso ocurriera en nuestra vida. Así que comenzamos a perseverar en cada reunión, en la Prosperidad con Dios aprendimos a confiar en Dios y utilizar nuestra fe, nuestro cambio no ocurrió de la noche a la mañana, sino con mucha perseverancia pero Dios nos respondió. Hoy soy un hombre completamente sano, tengo un trabajo es- table muy bendecido, con mi familia estamos muy unidos, tengo una vida próspera y completamente bendecida, ¡Tengo paz, soy realmente feliz!



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