Antes de llegar a la Universal, todos mis recuerdos son de sufrimiento. Crecí viendo los maltratos dentro de mi casa, mis padres se agredían todo el tiempo. De adulta se agudizó mi depresión, porque tenía problemas en mi trabajo y en mi vida sentimental, sufría de taquicardias y dolores de cabeza constantes. Conocí a mi esposo y los problemas aumentaban cada vez más, estaba muy cansada de toda esa situación, era realmente difícil todo lo que estaba viviendo.
Cuando llegué a la Universal, estaba muy mal, me costaba respirar y sentía mucho miedo. Asistiendo constantemente fui sanada y mi matrimonio fue totalmente restaurado, mi esposo es un gran hombre de Dios, nos comprendemos, podemos resolver las situaciones que enfrentamos día a día, Dios me dio todo lo que nunca pensé que podría tener, pero mi mayor tesoro es que recibí el Espíritu santo en mi vida, soy una mujer completa y llena de la presencia de Dios. Delia
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