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Vivía con paranoia


Mi nombre es Jonathan Cruz, antes de recibir a el Espíritu Santo era una persona muy explosiva y sufría de paranoia. Agredía a golpes a los demás, incluso a aquellos que ni siquiera querían problemas conmigo.

Sentía odio hacia mi padre y pensaba que el odio era recíproco, puesto que mientras él trataba de inculcarme disciplina por mi bien, yo pensaba que lo hacía porque me odiaba y no me amaba como hijo. Sus palabras en el fondo estaban llenas de sabiduría y solo querían evitarme tropiezos, pero yo no lo veía así.

Un día viví una situación muy dramática cuando durante una discusión con mi padre me atreví a desafiarlo, él triste y decepcionado me retó a que lo hiriera con un arma, pero afortunadamente mi madre intervino.

Después de ese día me sentí destruido por dentro, debido a mis acciones, el hecho de atentar contra aquella persona que no solo me había criado, sino que además solo quería mi bien. Me sentí muy triste y deprimido los días pasados después de aquella discusión, estaba muy confundido porque nada llenaba este tremendo vacío dentro de mí.

Conocí la Iglesia Universal y pude sentir paz en mi corazón. El día de mi encuentro con el Espíritu Santo fue un día maravilloso, fue como tener a Dios a mi lado diciéndome “Estoy Contigo”.

Recibir el Espíritu Santo es un sentimiento único. Gracias a Él pude restaurar la relación con mi padre, con quien hoy en día llevo una relación maravillosa. He sacado a toda mi familia de tanta angustia y hoy en día andamos con Dios.

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