Emigré para hacer la diferencia. Tuve el sueño de tener mi negocio desde la infancia. Siempre estaba ese deseo de ser diferente, de lograr algo más y cuando empecé a ir los lunes de la prosperidad a la Nación de los Vencedores hice un Pacto con Dios y empecé a ejercitar mi fe.
Dios me dio esa visión de que Él no tiene límites y yo tampoco los iba a tener.
Empecé el negocio con 24 piezas de ropa y ahora tengo como unas 3.000 o 4.000 piezas.
Cuando empecé mi negocio la gente se burlaba, pues partí la tienda con dos docenas de vestidos, ponía en exhibición como unos seis vestidos y la tienda quedaba vacía y decían: “¿Qué es lo que vende? tiene bien poquitos”. A la hora del almuerzo iba a comprar para surtir y corría a vender.
Esas 24 piezas se hicieron seis tiendas. Tuve la dirección de Dios en el área financiera para hacer mi sueño realidad. Tengo vestidos para eventos formarles, para fiestas, cocktails o para graduaciones y para eventos más sencillos. También tenemos arreglos florales.
Si usted está pasando por un situación difícil sepa que nada está perdido y cómo cambió mi vida puede cambiar la suya.
Lourdes Ortiz
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