Todos mis problemas surgieron en el momento que empecé a sentirme sola y vacía. A partir de ese momento empecé a buscar una manera para poder llenar ese sentimiento a través de varias relaciones sentimentales. Pensaba que lo que necesitaba era formar mi propia familia para poder suplir ese vacío que sentía en mi corazón, pero ninguna de esas relaciones sentimentales me ayudaba a olvidar todo lo que sentía.
Mi situación cambió cuando los doctores me diagnosticaron un tumor pélvico. Ahí fue donde me invitaron a participar a la Iglesia Universal, confié mi vida en las Manos de Dios y fui sanada, pero aún no había sido libre del vacío entonces fue ahí donde dejé la Universal y caí en el mundo de los vicios del alcohol y la marihuana. Pero nada de eso me satisfacía, ni reparaba mis situaciones sentimentales por eso regresé a la iglesia Universal, porque me di cuenta que necesitaba llenarme del Espíritu Santo en mi vida para poder sentirme llena.
Regresé a la Universal para entregar mi vida a Dios. De esa manera busqué la presencia de Dios en mi vida y así fue cómo fui bautizada con el Espíritu Santo. Hoy estoy libre de los vicios, pensamientos negativos, de la depresión y el vacío. Encontré lo que nunca antes había encontrado, al Espíritu Santo. Los tormentos terminaron y encontré la paz, tranquilidad y salud que siempre quise tener. En la Universal fue donde logré vencer todos los tormentos.
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