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Los pensamientos que generan la tan soñada felicidad

Dios nos permite tomar decisiones, y debemos cultivarlas en nuestra mente para aliviar lo que debemos hacer. Sin embargo, no siempre decidimos según lo que pensamos. A veces, nuestros pensamientos están alineados con Dios, pero al momento de tomar la decisión, usamos el corazón y terminamos haciendo, de manera errónea, lo que más nos agrada.


Cuando tenemos la mente del Señor Jesús, Él guía nuestros pensamientos y nos orienta a tomar decisiones correctas. Pero cuando una persona no tiene la mente del Altísimo, se deja engañar por lo que ve, sigue un camino equivocado y sufre las malas consecuencias, tal como les ocurrió a Adán y Eva. Ellos vivían en la perfección del Jardín del Edén, pero desde el momento en que eligieron otro camino, introdujeron el mal en el ADN de la humanidad. Dios, siendo justo, no mezclará Su bondad con el mal que elegimos, es decir, si eliges el mal, cosecharás sus consecuencias.


Para ser guiado por los pensamientos de Dios, es necesario tener las Sagradas Escrituras como guía de vida, ya que estas nos ayudan a tomar decisiones de acuerdo con Su Palabra. Al actuar de esta manera, es imposible que las decisiones no salgan bien y que no coseches los frutos de bendición y felicidad.


Por esto, si quieres que tu vida cambie, comienza cambiando tus pensamientos en lugar de esperar que la vida te dé razones para ser feliz. Nadie te hará feliz, excepto Dios mismo, a través del Espíritu Santo. Cuando tienes temor de Dios y sigues Su Palabra, siembras lo que es bueno, correcto y justo, y cosechas lo que es puro, limpio y de buen nombre. Al pensar como el Señor Jesús, tendrás fe, valentía, vigor y virtud para ser independiente del mundo y depender exclusivamente de Él, quien guiará tus pasos hacia verdes pastos y aguas tranquilas donde encontrarás descanso.



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