Todos mis problemas comenzaron a partir de la edad de los 12 años cuando fui víctima de bullying en la escuela. Por causa de esto terminé cayendo en la depresión, en las drogas y fue en esos momentos que descubrí el gusto por los videojuegos con contenido violento. Era mi forma de luchar contra el bullying que recibía.
Jugaba durante 10 horas y sentía un gran placer por la violencia porque sentía que me liberaba de todo el odio que cargaba, pues, que en la escuela sentía el rechazo de mis compañeros y por otro lado en casa mis padres solo discutían.
No existía una relación con mi hermano, nos peleábamos continuamente. Todo eso se acumuló dentro de mí y el odio que sentía contra de todo el mundo me llevó a planificar la muerte de mi hermano y muchas veces hasta llegué a pensar en matar a todos los que se burlaban de mí.
El tiempo pasó y mis padres al ver mi situación me invitaron para participar en la iglesia Universal. A partir de ese momento comprendí que necesitaba dejar esa vida.
Hoy estoy libre de la adicción a los videojuegos, libre de las drogas, libre de malas amistades, libre del carácter explosivo, libre de los deseos de suicidio, libre de los pensamiento de homicidios y en fin, libre de todos los males espirituales que sufría. Hoy tengo alegría, en mi casa hay unión, hay comprensión y tranquilidad.
La Presencia de Dios transforma todo, donde antes había oscuridad, Él iluminó todo y desde ese día yo puedo ver la vida desde otra perspectiva, hoy soy feliz.
Bryan López.
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