Desde que tengo conciencia mi vida fue de sufrimiento, crecí siendo una niña deprimida, sentía angustia y un gran vacío. No tengo recuerdos de haber sido feliz en mi infancia ni juventud. Pasó el tiempo, conocí al que hoy es mi esposo, y tuve la pequeña esperanza de que al fin podría ser feliz. Pero estaba equivocada, fue con él donde aumentaron más mis problemas. Mi esposo se enfermó y vinieron los problemas económicos, no teníamos para pagar ni siquiera los gastos básicos. Luego de un tiempo quedé embarazada y nuestro hijo al nacer descubrimos que estaba enfermo, ahí se agregó otro sufrimiento a nuestra vida.
Conocí la Iglesia Universal por medio de la radio, y con mi esposo decidimos acercarnos. Al llegar nos recibieron con cariño. El pastor en la reunión decía que el vacío que existía en las personas, es arrancado cuando el Espíritu Santo pasa a vivir dentro de ellas, eso me intrigó y nos propusimos con mi esposo a Buscarlo de todo corazón. Y fue así como nuestra vida comenzó a cambiar. Fui libre de la angustia que cargaba durante años, mi esposo fue libre de las enfermedades y nuestro hijo también fue sanado.
Pero la mayor alegría y conquista que recibimos, fue haber sido bautizados por el Espíritu Santo, Él cambió nuestras vidas.
Diana García