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"Día y noche me sentía triste, angustiada..."

Caí en depresión a raíz de ver cómo mi padre maltrataba físicamente a mi madre. Crecí teniendo muchos sentimientos negativos en contra de mi padre: Rabia, rencor, odio… Me volví una chica muy rebelde, no obedecía a mis papás y les contestaba mal. Además, era muy agresiva, incluso hay videos en internet donde muestran que participaba en peleas callejeras para desahogar mi dolor.

Más tarde, ese vacío existencial que tenía lo quise llenar andando de relación en relación, las cuales no tomaba en serio, especialmente para no pasar por lo mismo que mi madre, pero solo me frustré. Sentí que había perdido mi valor y la idea de quitarme la vida era cada vez más fuerte, lo intenté en dos ocasiones. Era horrible sentirme angustiada y triste todo el día.

Supe que la depresión se podía superar, una vez que conocí a Dios en el Templo de los Milagros. Los relatos de superación que escuchaba en otras personas fueron un aliciente para que yo también buscara ese cambio de vida por medio de la fe. “Si ellos pudieron, ¡yo también!”, sembré esa idea en mi mente. De inicio, me perdoné a mí misma y a mi padre, lo hice de corazón.

Tiempo después, noté que ya no me sentía triste ni tampoco me daban ganas de maltratar a los demás, ¡reconocí mi valor como mujer! El deseo de morir se fue, pues Dios es el motivo de mi felicidad. Y la bendición que hay en mí alcanzó a mi familia, pues mi padre dejó de golpear a mi madre, ahora se llevan muy bien.

Diana Hernández



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