Mi nombre es Alfonso y soy abogado. Comencé a trabajar y a desarrollarme en mi profesión, con muchas ganas de tener clientes, uno de los mejores despachos, ser uno de los mejores abogados para estar económicamente bien, pero desafortunadamente no tuve las circunstancias que me imaginé.
No tenía una visión, ni gozaba de sabiduría para darle un buen servicio a los pocos clientes que tenía, que al ver mi deficiente servicio preferían alejarse de mí. De esta manera se fue llevando el negocio al punto de tener que cerrar la oficina y cambiar de negocio.
Empecé un comercio de venta de artículos, pero la situación fue la misma. Mi economía se fue más abajo. Así que reflexioné el hecho de que había invertido tanto tiempo en mis estudios para vivir de mi profesión.
Como profesional me sentía defraudado de mí mismo y también sentía que había defraudado la confianza y el tiempo que mi familia había invertido en mí. Estaba triste y desanimado.
Hoy en día soy visionario, recibí disciplina y sabiduría de Dios. Fue una nueva oportunidad para desarrollarme como profesional. Al participar en la Nación de los Vencedores no sólo logré recuperar mis antiguos clientes, si no que ahora poseo una cartera de clientes más potente a la que cuido y ayudo con cada uno de sus casos.
Gracias a la ayuda de Dios y de la Universal me siento un profesional completo que puede mantener una buena estabilidad económica.
Ya no vivo de préstamos e incluso puedo ayudar económicamente a mis padres.
Alfonso González.
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