Tenía el sueño de tener mi propio negocio y darle una mejor vida a mi hija, pero todo se derrumbó de un momento a otro cuando fui a ver al médico y me diagnosticó un cáncer terminal.
Mi vida se derrumbó, estaba muy enojada con Dios, porque no entendía por qué estaba pasando por todo eso, estaba desesperada no sabía qué hacer.
Conocí la Universal a través de un programa de televisión y decidí ir junto a mi hija. Aprendí a usar mi fe, la puse en práctica y fue así que al poco tiempo fui sanada del cáncer, recuperé las fuerzas y las ganas de vivir.
Hoy soy una mujer bendecida, prosperada, mi hija trabaja en el área bancaria y yo tengo mi propio negocio. Pero recibí mi felicidad completa, cuando fui bautizada con el Espíritu Santo
Arelis
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