Teníamos problemas de salud y financieros. Mi esposo estuvo desempleado durante 3 años porque tenía problemas en la columna y en una pierna. Yo también tenía problemas de salud, sufría con rosácea, toda mi piel se quedaba roja, y Fui perseverante y me aferré a la palabra de Dios. Fue así que a través de mi fe, Dios me sanó, me realicé todos los exámenes y ya no estaba el cáncer, no hubo necesidad de que me operaran.
Mi esposo también recibió su sanidad. Dios también nos bendijo económicamente, conquistamos propiedades y negocios. Dios transformó nuestras vidas.
Paula