Todo comenzó en la escuela, me trataban mal, me decían que era fea, delgada, que nadie se interesaría por mí. Habían días que no comía, no dormía bien, por las noches, yo me cortaba los brazos, estaba tan desesperada y aparte en mi casa habían muchos problemas económicos y no alcanzaba el dinero para nada. Yo no creía en Dios porque me preguntaba porque Él permitía que mis compañeros me trataran mal, y si existía, porque permitía que mi familia sufriera tanto.
Fui invitada a la Universal, y participé de los propósitos que se realizan en la Iglesia. Fue de esta manera que a través de mi fe, logré ser libre de toda angustia y complejos que tenía, vencí la depresión, los problemas que habían en mi casa fueron resueltos y ya no sufro abuso en la escuela. Soy una joven segura y feliz, porque recibí la presencia de Dios en mi vida, y nunca más me sentiré sola, porque aunque vengan dificultades, los resolveré, porque Dios es quien me da la sabiduría para guiar mi vida. Jeannette Estrada
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